La sociedad: reflejo de la television

Slavoj Zizek habla de la magnitud de los medios como agente transmisor de conocimiento y pautas de vida,de ahí la importancia del periodista- redactor.
Los niños aprenden desde pequeños los valores, actitudes y comportamientos que son reflejados a través de los medios. Si en un noticiero es criticado el asesinato, el chico aprenderá que matar está mal visto y que, por consiguiente, hacerlo sería un grave pecado contra los valores establecidos institucionalmente por la sociedad.
En mi opinión los periodistas ocupan una función decisiva en la opinión pública, gracias a ellos una persona puede ser admirada, elogiada, deseada, rechazada o acusada. Una palabra escrita sin pensar puede dañar la reputación de un hombre y su honor jamás podrá recuperarse. De ahí la importancia del rol del periodista, ya que él no solo debe informar a la sociedad sino que debe hacerlo con justicia, veracidad y prudencia. Hoy en día al observar los comportamientos de ciertos periodistas uno queda absorto ante tanta falta de sensibilidad, de tacto y sobre todo, de sentido común. Si uno se pone a reflexionar con seriedad, cuantas veces observó a los periodistas preguntarle a la madre de una niña secuestrada y asesinada “¿cómo se siente?” o “¿extraña a su hija?”. Preguntas absurdas que no hacen más que alejar al periodista del entrevistado, que es una persona de carne y hueso. Es simplemente un individuo que en el momento mismo de la entrevista está afligido y busca expresar su dolor. No es necesario preguntarle a la madre si sufre por su hija, el televidente puede verlo por si mismo al contemplar las huellas que dejan las lágrimas por el rostro consumido por la pena de la joven madre. El oyente de una emisora de radio puede escuchar los sollozos y los lamentos, las frases cargadas de culpa de un padre que espera con ansias la llegada de su hijo desaparecido. El lector de un diario puede comprobar el sufrimiento al ver una fotografía de una viuda llorando sobre la tumba la muerte repentina de su esposo.
Periodismo no es sinónimo de insensibilidad, aunque muchas veces lo parezca. Las preguntas absurdas abundan en los medios de comunicación. Millones de veces escuchamos a jóvenes e inexpertos noteros, o a los mismos periodistas de planta preguntándole a los acusados de un crimen “ señor, ¿es usted culpable de la muerte de Florencia?”.Cuando, obviamente, el acusado niega su vinculación con el crimen el periodista sonríe satisfecho: su conclusión es que la persona es inocente. Hace unos meses se había acusado a una joven por el asesinato de su mejor amiga. Cuando estaba saliendo de los tribunales varios periodistas le preguntaron si ella en verdad había tenido algo que ver con la muerte, cuando la joven negó cualquier vinculación con el crimen se empezó a decir entonces que la joven era , “ sin lugar a dudas”, inocente. El periodista no está para dar su opinión sobre un hecho sino para mostrarle al lector pruebas, evidencias sobre un acontecimiento. Así como uno no puede andar desnudo por la calle, uno no puede decir algo sin las pruebas suficientes que avalen dicha afirmación.
Lamentablemente vivimos en una sociedad carente de valores morales y más aún, de ética. Si uno quiere encontrar el significado de esas palabras debe buscarlas en un diccionario y no en la vida real. Es imposible tener ética cuando no se tiene respeto, ni humildad, ni sensibilidad. Dicen que la televisión es un reflejo de la sociedad, yo me atrevo a decir lo contrario, la sociedad es un reflejo de la televisión. La familia, el matrimonio, la amistad sincera, la ayuda desinteresada, el amor al vecino no son temas de actualidad. A nadie le importa leer una noticia en donde no haya asesinatos, muerte, drama, lágrimas, traición, corrupción, estafas o crímenes.
Vivimos en un mundo en donde ahora lo más moderno es el concubinato, ya en novelas para niños y adolescentes como “ Patito Feo” se habla de relaciones prematrimoniales, de engaños, de superficialidad, de mentiras, de la “ importancia” de no estudiar . Sin saberlo, o quizás sabiéndolo pero ignorando sus consecuencias, se está creando una generación de personas frías, inhumanas.
No sólo a través de los medios nos informamos sino que es a través de ellos, también, que día a día se va forjando el destino de toda una nación.