De primera dama a Presidente

Luego de la victoria obtenida se convirtió en la primera Presidenta electa de la Argentina.

El 10 de diciembre el poder cambiará de manos, pero quedará en familia: Cristina Fernández de Kirchner sucederá a su esposo después de ganar las elecciones con el 43 por ciento de los votos. Si bien en un comienzo los lideres de la competencia aseguraron la inevitabilidad de una segunda vuelta, con sólo el 40,49% de las mesas escrutadas quedó pulverizada la idea de un posible ballotage. La distancia que separaba a la electa Presidenta , Cristina Fernández de Kirchner, respecto de Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, era de casi 23 puntos, quedando esta última en un segundo lugar.
Roberto Lavagna, ex Ministro de Economía, acompañado por el radicalismo se consolidó tercero en unas elecciones difíciles.
En un caso sin precedente, la victoria y la euforia del triunfo electoral fue empañado por la sombra de las dudas. Varios de los candidatos acusaron al actual gobierno desde una polémica selección de los datos cargados en el escrutinio, siguiendo por la ausencia de las autoridades de mesa en varios comicios, hasta el robo de boletas pertenecientes a los partidos opositores. Pero a pesar de los comentarios claramente malintencionados la ganadora unánime arrasó en la provincia de Buenos Aires. El triunfo decisivo le permitió convertirse en nada menos que en la primera mujer Presidenta elegida por sufragio para gobernar la República Argentina.
A las 21:57 cuando fue oficial su victoria, apareció Cristina Kirchner para decir sus primeras palabras como la nueva Presidenta electa. Fue ovacionada por sus seguidores, aplaudida por todo el gabinete nacional y felicitada por los Presidentes vecinos. Durante los 14 minutos en los que duró su discurso, reivindicó la concertación de Peronistas con radicales y se declaró consciente de una “responsabilidad adicional” por ser mujer. Sus palabras lograron cautivar a la audiencia en general y de demostrar que a diferencia de los preconceptos, es una mujer inteligente capaz de ser política, militante, esposa, madre, Presidenta y humana al mismo tiempo. Con el eslogan de la campaña” La continuidad del cambio”, parece en cierto modo reflejar lo que vendrá: más continuidad y menos cambio. Entre aplausos, el matrimonio presidencial se mostró contento con la victoria obtenida.
Nunca antes en la historia mundial un presidente le cedió el mando político a su esposa en un proceso democrático, un hecho que no pasó inadvertido para los líderes de los países desarrollados.
Con la frase “Quiero convocar a todos los argentinos, sin rencores, sin odio; el odio sólo destruye”, Cristina Kirchner logró marcar el comienzo de una nueva etapa, que recién acaba de empezar.